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  • Foto del escritorClara Zq

México, país de «Lords» y «Ladies»

Al hablar de México podríamos decir muchísimas cosas, a veces considero necesario reflexionar sobre los aspectos negativos y oportunidades de mejora que tenemos como país.

Desde hace un par de años vemos en tendencia a ciertos personajes a los que apodamos «Lords» o «Ladies» los cuales se hacen virales a raíz de un comportamiento que va en contra de la ley, al exigir cosas absurdas que nada tienen que ver con la situación en la que están, al ser detenidos por conducir en estado de ebriedad entre otras cosas. He considerado que se puede reflexionar mucho sobre la cultura mexicana mediante este tipo de personajes. ¿A qué voy?


A qué un país está hecho de sus ciudadanos, en México nos sobran personas con este tipo de comportamiento. Incluso creo que todos en algún punto hemos podido llegar a ser «Lord» o «Ladies» les cuento la mía…


Después de estar cerca de cuatro horas en el consultorio del doctor acompañando a mi mamá quién requería que le pusieran suero para estabilizarla; me encontraba cansada, había dejado mi credencial de elector en la recepción de los consultorios porque nos prestaron una silla de ruedas. Cuando pudimos salir, fui a devolver la silla, era tan tarde que ya se habían ido de ahí, me dijeron que debía devolverla en la recepción del hospital. Fui con la silla, mojándome, porque el día estaba lluvioso, al llegar me dicen que no, que mi credencial estaba en la recepción de los consultorios, me empezaba a exasperar: -« PUES SI DE ALLÁ ME MANDARON PARA ACÁ». Al verme muy molesta y desesperada ya que no podían resolver mi problema, se me acercó otro joven y me dijo que iban a ir a buscar mi credencial y después de quince minutos me la dieron. La verdad, yo me sentía lista para armar un escándalo, porque me tenían de aquí para allá buscando mi credencial cuando estaba cansada, y además traía la carga emocional de saber que mi mamá no estaba bien.


Después de esta pequeña anécdota que demuestra que todos podemos tener esa «tendencia» a convertirnos en «Lords» o «Ladies»… ¿Qué hace la diferencia en qué nos transformemos en estos personajes?

Lo primero sería que alguien lo grabe, en estos tiempos ¡sería de lo más fácil! Lo segundo tiene que ver con la paciencia. La paciencia es una virtud que en la teoría suena bastante bien, pero ponerla en práctica, ¡cómo cuesta! Siendo sincera a veces si te dan ganas de gritar o sacar lo peor de ti, por ejemplo, cuando haces un trámite en alguna oficina de gobierno, te traen de aquí para allá y no quieren darte tu documento porque le falta la firma de «la licenciada» o te falto traer una copia, o llevaste copias de más, y también se enojan. Y en saber ser pacientes reside también el que no te conviertas en un personaje viral.

La tercera cosa, que se relaciona de manera directa con la segunda es la educación que recibimos. Cada vez, es más común ver que los hijos no tengan ningún tipo de límites, esto es consecuencia de que los padres (los abuelos) educaron tan duramente a sus hijos que estos quieren ser todo lo contrario cuando se convierten en padres, y en lugar de educar a sus hijos los malcrían. Criando personas que no toleran fácilmente la frustración o que están acostumbrados a que las cosas se hagan de la manera en que ellos quieren y no, necesariamente, lo que es correcto.

Quiero mencionar otro factor que considero importante, el papel poco relevante que tiene ahora la Iglesia en formar la conciencia de la gente. Son pocos los Sacerdotes que son capaces de apelar a la conciencia de los feligreses cuando se dan cuenta que estos están cometiendo un mal, para que ellos mismos con Él correcto Santo Temor de Dios sean capaces de tomar buenas decisiones y sepan dimensionar las situaciones que se presenten al día a día. ¡No deben tener miedo de volver a formar la conciencia moral de las personas! Nosotros aprenderemos mucho más, y este tipo de conductas podrían ser evitadas si nos dan nuestros «coscorrones», cuando nos hace falta; así evitaremos heredar conductas erróneas.

Existe otro tipo de situación que se da de manera cultural (realmente no sé si sea cultural o no, pero para simplificarlo digamos que sí). Tengo dos historias que se me quedaron grabadas cuando investigaba sobre la corrupción y que creo que se relacionan mucho con este tipo de comportamientos. La primera decía que los mexicanos tenemos una cultura en la que, por un lado, somos muy dados a quejarnos de lo mal que se encuentra el país, del gobierno, de la policía, de todo, pero en el momento en el que cometemos una infracción ignoramos la ley y hasta podemos llegar a convertimos en «Lords» o «Ladies» tratando de evitar el castigo.

La segunda dice que los mexicanos queremos un policía que castigue al que viole la ley cuando éste comportamiento nos está afectando de manera directa, pero también, queremos que ese policía acepte ser sobornado cuando somos nosotros los que estamos haciendo algo mal.

Los «Lords» y las «Ladies» representan lo peor que podemos llegar a ser, y claro que no todo el tiempo seremos así, debemos reflexionar primero si estamos siendo lo suficientemente pacientes con las situaciones en las que no tenemos el control o enfrentamos algún problema.


Lo segundo, si alguna vez hemos sido como los ejemplos de las historias, de cierto modo, hipócritas porque nos decimos «buenos ciudadanos» y al final caemos también en conductas que podríamos tachar como cívicamente malas.


Pienso que debemos entender que para poder generar realmente un cambio en el país tenemos que quitar este tipo de mentalidad en el que romper alguna ley no nos genera ningún tipo de rechazo (esto creo que también se relaciona con que sabemos que la posibilidad de recibir un castigo es muy baja) pero al final, nuestro comportamiento no debería ser de alguna forma por miedo al castigo sino porque sabemos que si actuamos bien, la sociedad mejorará y si tenemos una mejor sociedad podremos vivir de mejor manera.


Por último, también poner atención en la manera en que estamos educando a los que están detrás de nosotros. A lo mejor no tenemos aún hijos, pero si tenemos hermanos, sobrinos, alumnos, compañeros y muchas personas más a nuestro alrededor que pueden aprender cuando nosotros tenemos una conducta honesta y en el momento en que hacemos algo que va en contra de la ley, no buscamos la evasión sino que enfrentamos lo que nos corresponda, es decir, somos congruentes.


Que la Iglesia recupere su papel como formadora en las personas, que nos ayuden a buscar ser mejores cristianos cada día, no que fomenten que nos quedemos en una actitud de solamente intentarlo, sino realmente lograrlo.


Y, por favor, dejemos de hacer famosos a ese tipo de personas, que por alguna u otra razón tienen este tipo de comportamiento porque al final no refleja quienes somos realmente como sociedad… Pd: Ahora ya parezco político prometiendo escribir más seguido y no cumpliendo... Pero ahora sí, primero Dios, seré más constante jajajaja...

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