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¿Estamos idealizando el amor?

  • Foto del escritor: Clara Zq
    Clara Zq
  • 10 jul 2020
  • 5 Min. de lectura

¡Hola! La semana pasada les pregunté en Instagram qué preferían leer y la votación estuvo muy pareja, pero al final ganó el amor (que coincidencia). Entonces, hablaremos sobre México en la siguiente entrada.


Hoy me puse a reflexionar, qué pasa cuando las mujeres nos creamos expectativas sobre el amor y cómo pueden llegar a ser nocivas para nosotras mismas.


Actualmente, tenemos tantas situaciones alrededor (libros, series, novelas, canciones) que nos bombardean todos los días con ideas del amor. No me dejarán mentir que todas hemos suspirado al ver una película romántica, como cualquiera de Nicholas Sparks (y no es reclamo, ¡ehh!, incluso llegó a ser de mis autores favoritos ¡jaja!); queremos encontrar un amor así de «bonito» y «perfecto», lo que nos genera una idea totalmente distorsionada del amor. Así que cuando te enfrentas al él, no lo puedes reconocer, te quedas en la etapa del sentimiento en la que todo es bonito, todo es perfecto, nos complementamos tan bien que nunca peleamos o a la primera en que vemos que el hombre no es como nosotras lo habíamos imaginado queremos darnos por vencidas porque el otro no cumple la expectativa que yo he creado a su alrededor.


Para poder explicarlo de mejor manera; voy a ejemplificar exagerando situaciones en las que comúnmente caemos presentando algunos estereotipos en los caemos por idealizar tanto el amor.


Primero, «la princesa de cuentos de hadas». Para explicar esta debo decir que las mujeres empezamos a rodearnos de historias que terminan con el «vivieron felices por siempre»; tanto que al ser niñas nos imaginamos el día en que venga nuestro príncipe azul a rescatarnos, casarnos y ser felices... pero ¿Qué pasa después de que se casan? ¿Realmente el príncipe era tan perfecto como parecía? ¿Era Cenicienta tan amable después de despertar cinco veces durante la noche a consolar a un niño? No creo que sea malo que las niñas conozcan este tipo de historias; el problema es cuando nos quedamos en ese vivieron felices para siempre y no pensamos que probablemente hubo momentos en que no se sintieron tan dichosos o que para alcanzar la felicidad no basta solamente quererlo; sino que es una lucha constante contra muchísimas cosas. Este tipo de mujer «la princesa de cuentos de hadas», es esa que espera que por arte de magia llegue su príncipe azul y viva feliz por siempre sin hacer ningún esfuerzo, por lo que al primer problema que encuentra se siente totalmente desdichada y prefiere terminar esa relación que le parecía tan perfecta.


La siguiente es más moderna y no sé cómo ponerle, es esa que se la pasa viendo las relaciones «perfectas» de los demás en las redes sociales. Es la versión moderna de la princesa de cuento de hadas; ya que se enfoca en que hay muchas parejas que muestran su estilo de vida tan «perfecto» que se crea una ilusión falsa y su mayor aspiración es tener una relación así. Fotos lindas de viajes, comidas, ser el #relationshipsgoals de alguien, sin entender que eso es meramente apariencia y en realidad la mayoría de las relaciones no tienen una vida «virtual» ideal y que cuesta mucho trabajo ser feliz.


Pasemos a la siguiente, a esta mujer la define la frase «los tiempos de Dios son perfectos». Ésta tiene la idea de que «el indicado» llegará como por arte de magia, y así probablemente, pierde mucho tiempo. Claro que Dios se valdrá de todos los medios para que nosotras conozcamos a la persona con la que potencialmente podríamos pasar el resto de nuestra vida. Pero esta visión de que Dios lo va a mandar pues obviamente no va a cumplirse; si queremos conseguir novio/esposo una también tiene que poner de su parte, buscar en los medios adecuados (tal vez de eso hable después) y sobre todo no crearse la falsa expectativa de que Dios te dará al hombre perfecto sin que tu tengas que mover un dedo.


Ahora pasemos a «la idealista», es una variación de la anterior, sus expectativas son tan pero tan grandes que, en lugar de buscar un hombre de carne y hueso, parece que busca un «San José» modelo de virtudes extraordinarias sin ser, precisamente, tan virtuosa como la Santísima Virgen María. Esta mujer pasa la vida esperando «lo que Dios le mande» y cuando conoce a alguien se pone tan pero tan exigente que crea una expectativa de perfección tan pero tan grande que él único que podría llenarla sería Dios (y si buscan perfección, yo haría un verdadero discernimiento vocacional a la vida religiosa). Una variante de esta idealista es la que se enamora del amor y no del amado, para ella la única manera de expresar el amor son los grandes gestos románticos que ha visto en las películas y así, se construye un ideal difícil de alcanzar.


La penúltima, aunque suene feo ha sido la expresión más utilizada: «la urgida». Esta siente tanta presión social por casarse que a cualquier hombre que se lo proponga le va a decir que «», sin realmente conocerlo o conocer sus intenciones. A ella le llama la atención la vida hogareña, tener hijos, cuidarlos, quedarse en casa que cualquier oportunidad que se le presente para poder tener la vida que tanto anhela dirá que sí sin pensarlo dos veces y terminará decepcionada (probablemente) porque no conocía lo suficiente al hombre con el que se casó.


La última: «la soltera por elección», vive quejándose de no encontrar un hombre bueno, pero cuando se le presenta alguno que vale la pena, lo rechaza porque se ha acostumbrado tanto a su propia compañía que tiene miedo de que algo la pueda perturbar o lastimar. A lo mejor relaciones pasadas la dejaron mal parada y por eso no quiere volver a intentarlo.


Y bueno, el bonus: «la soltera feliz»; esa que sabe esperar, se siente bien consigo misma, pero sabe que en el momento en que conozca a un hombre que cumpla lo que ella busca, no le importará perder su preciada soledad. La que a cada hombre que llega a su vida, sabe conducirlo a mejores aguas y que sabe reconocer cuando vale la pena iniciar el viaje con uno.


¿Con cuál te has sentido identificada?


La verdad es que todas tenemos un poquito de cada una. Todas creímos en algún punto en ese vivieron felices por siempre, creemos que Dios nos dará al «hombre perfecto» sin mover un dedo, queremos una relación perfecta en redes sociales, nos hemos sentido presionadas al ver que alguien de nuestra edad se casa y hemos tenido miedo de iniciar una relación por temor a ser lastimadas. Sin embargo, lo importante es saber que el amor humano, como todo, nunca va a ser perfecto porque nosotros no somos perfectos. TODOS tenemos defectos y hablando del «hombre indicado», este no será la excepción.


He ahí la importancia de tener un noviazgo real, en el que se trabaje y se conozcan los defectos y virtudes del otro y que no solo se quede en la parte de fantasía. En lo personal pienso, que es dónde fallamos muchos, tenemos poca tolerancia a los defectos del otro y no reconocemos los propios (que a veces pueden ser hasta peores) y nos hemos quedado con la idea de muchas películas, historias y demás, de que el amor para que sea real tiene que ser perfecto cuando en realidad es todo lo contrario. El verdadero amor se nutre y fortalece cada que pasa por situaciones difíciles. Me gusta mucho esa analogía que usan en la que dicen que para florecer es necesario pasar por todas las estaciones y yo creo que eso también aplica con el amor. Se necesita que pase por todas las estaciones para que perdure.


Si llegaste hasta acá, ¡Gracias por leerme! Nos vemos la próxima semana (espero)...



Pd: gracias a mis editores. Esto sería más caos sin ustedes. lqm.

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1 comentário


iosephus_iacomus
19 de jul. de 2020

Interesante, le recomiendo bastante un programa de "lágrimas en la lluvia" de mucha calidad, donde descolla Miguel Ayuso, sobre el Amor. https://youtu.be/aLiFDC-BEMM

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